Sigo pensando que la vida es un regalo. En un mundo donde a veces las únicas cosas que importan son las materiales, yo le doy más importancia a las que no se pueden comprar con dinero, las que son difícil poseer. Hablo de los sentimientos. Cuando se habla de los sentimientos, a todo el mundo se le viene a la cabeza el amor, pero hay otros....Por ejemplo, la alegría... A todos nos alegra vernos rodeados de otras personas. Y aunque eso enlace con el sentimiento de la amistad, hoy no es día de ponerse melodramática y hablar de ella. Simplemente, quería hablar de las personas. Personas de “quita y pon” como diría Joaquín Sabina, personas que sin un por qué entran en tu vida, sin tu pedírselo, sin tu esperarlo… ¿Es el destino?
Esas personas, a las que conoces un día cualquiera de todos los vividos y los que te quedan por vivir, son como una pequeña luz, un pequeño pensamiento escondido en la cabeza. A veces, alguna de esas luces se ilumina más que las otras, porque es especial para ti, porque empieza a caerte bien y quedar con ella, eso es a lo que llamamos amistad. Sin embargo, ¿qué pasa con las otras? Son esas personas que entran en tu vida y al poco salen, personas de las cuales tienes una primera impresión y a la cual ves poco o nunca. Incluso, hay personas que aunque las veas mucho, no te apenarías mucho si se fuesen lejos. Esas que están agregadas a las redes sociales y nunca hablas con ellas ni se interesan por tí, personas de relleno..........
